A la vez que profundizamos en la obra de Francis Morell, lo hacemos en el mundo de personajes fantásticos que surgen gracias al trazo y la tinta china, de la cual, se alimentan, crecen y multiplican en el papel de su particular bestiario. Figuras antropoformes llenas de vida y color, con identidad propia, creadas para cumplir con una determinada función dentro de la civilización a la que pertenecen. Una civilización regulada por normas propias, las normas de Francis, paralela a la nuestra que tan sólo alcanzamos a descubrir, cuando Francis nos abre la puerta de su inagotable imaginación.
Criaturas de aspecto arcano y mágico, solitarias, llenas de bondad y cariño que nunca harían daño a nada ni nadie. Cada una necesita su espacio vital, el mismo que Francis les ofrece en el momento de su creación. Las encontramos pensando, caminando, trabajando en los más inverosímiles escenarios donde llegan atraídas por el característico olor de la tinta china, del cual se nutren. Y desde luego, se encuentran bien alimentadas por la plumilla, el rotulador o el pincel, gozando siempre de muy buena salud.
José Manuel Solá
Investigador / Comisario independiente de exposiciones
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| Yegua roja almenada. |
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